De mi adicción 

Por años al cigarrillo, y las mil formas que he intentado dejarlo. Recuerdo la primera vez, muchos atrás, yo era una niña y en el bus escolar, por agrandadas nos sentábamos en el último asiento que era largo y café, una cueriza gastada de tantos ir y venir. En ese lugar prendían cigarrillos las "grandes" y ahí estaba yo y la Ximena, intrusas a morir. Una de ellas, me pasó el cigarrillo y me pregunto: ¿sabes fumar? , a lo que pronta respondí : por supuesto . Ese fue el principio, el humo raspandome la garganta y produciendome un ataque fulminante de tos.

Y total ya son como 30 años con el maldito vicio.

Gorditas homeopáticas para dejar de fumar, cursos por internet, medicamentos ( siempre el último y más eficiente en "estos casos"). Radiografías y ecotomografias al pulmón . Y suma y sigue......

Pero todo esto, me lleva a cuestionar el asunto de la muerte. Vivimos hoy en este país hasta como los ochenta años, población cada día más envejecida, y con una vejez espantosa, Alzheimer , ateroesclerosis , demencia senil, diabetes y un sin fin de enfermedades, caras y sin arreglo. Con suerte si se conserva algo de memoria.....¿vivir así?, ¿para que?. El,placer culpable, lo siento cada vez que veo la llama de encendedor acercarse a mi rostro, debe ser el misterio del fuego.

El aspirar este humo y el,intenso placer que me produce me hace ir por otro y otro. Siempre me he cuestionado lo que sería de mi si hubiera probado otras drogas, es probable que sería la mayor de las adictas, perdida, ladronzuela y botada en alguna calle. Me da escalofríos pensarlo.

Hasta qué el último examen arroja su pequeña sombra. Una sombra que me hace detener el consumo de vez en cuando. Una sombra......una sombra que hay que ver si crece el próximo año. Una sombra que tal vez te consuma. Me seduce la idea.

Mientras, la conciencia me flagela como lo hacen mis hijos. Y yo me pregunto, cada vez que ellos me retan, ¿ para que quieren estos niños la carga de una vieja eterna enferma?