Vistas a la página totales

martes, septiembre 14, 2010


Bruno Giordano




De todo lo que he escuchado, me llama profundamente la atención lo que aveces escucho de mi propia hija, este ser que me acompaña en mis soledades de mediana edad. Decido que es indigo por sus formas, sensibilidades, pensamientos y actos. Somos tan diferentes y tan parecidas, temo por ella de cierta manera, será difícil acostumbrarse a vivir con si misma.
Como estoy viendo seres que me entregan bastones y muletas para aprender a caminar, otra vez, le hago la misma pregunta que me hicieron a manera de re-conocimiento :


- ¿si fueras una cosa, qué te gustaría ser?

Pensó un poquito y me suelta decidida:

- Un espejo.

Me sorprendió de tal manera, sorprendiéndome aún más:


- Hija, ¿ por qué un espejo?, explícame.
- Bueno, contiene todo.

No pude seguir hablando con ella, entró Bruno de sopetón en mi mente.
Giordano dijo exactamente lo mismo, habiéndolo leído, nunca se me habría ocurrido contestar eso, y ahí tenía a mi hija sonriendo. No tiene idea por supuesto quien es este señor.

Cuando empecé a bailar con Bruno, se transformo en una obsesión, (otra más), intentar sofocar a Aristóteles a Copérnico y otros pensadores fue una osadía. Describir el todo y el infinito no es tarea fácil, como no lo es el alma (que también contiene todo) por lo tanto infinita, alma planetaria, alma universal.
He pasado bastantes horas de mi existencia en compañía de este loco que se atreve a desafiar autoridades y presentarse para profesor, lo suficientemente extraño para tener un ego (o una autoestima), suficientes para intentar enseñar, lo que parece no quiere ser aprendido.

Lo hermoso es poder acceder a su pensamiento desde el primer asiento del teatro. Para hacerlo un poco más entendible es que uno se sienta en el escaño y desde las primeras letras nos puede llevar más allá de lo que la imaginación por si sola puede. Puede que sea una muleta más.

La paz llega solamente confeccionando los talismanes que contengan todas las estrellas. Todo y nada somos nosotros, nuestra alma, todo y nada es Dios. Dios causa y efecto.
Sencillamente maravilloso.

Gracias al infinito (o el vacio), Bruno Giordano ha sido traducido desde el latin, y tenemos acceso a uno de los locos más brillantes de la historia.

Bueno, debo reconocer mi debilidad por los locos. Magnifico.

No hay comentarios.: