De tantos años y de tantas fiestas, de tantos amores y tantas alegrías.
La bendición de los buenos días siempre sera mas completo, el festejar sin cesar cada amanecer con su canto de pájaros y la frescura que se cuela.
Celebro el sol y la lluvia, celebro cada sonrisa y cada respiro.
Me parece que me vuelvo vieja, y en este otoño quizás mas hosca y melancólica, todo vuela por mis costados, y pasan las vidas y los rostros.
Estaba sentada casi en paz, cuando suenan todas las alarmas y cuando observo, todo parece bien, me asusto y me paseo mirando cada rincón. Nada pasa.
Pero las puertas que se abrieron es difícil cerrarlas herméticamente, y de esas rendijas escapan memorias, los días de fiesta pareciera que son especiales para espiar estas puertas.
Se sienten nostalgias y la sensibilidad a flor de piel se hace patente y avanza como un cáncer de piel, camino como cada día, solo con el cielo como compañía y la soledad que me acompaña me ayuda a no perder las ganas, hay días completos en que mi mente solo esta conmigo y contigo.
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