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martes, julio 04, 2006

TITO

Hoy casi no sale nada del lápiz, día gris.
Salgo, me muevo como todos los días, a mi paseo en el enorme arenal del Bio-Bio.
Tito me acompaña, como de costumbre.
Lo observo, corre ágil, se aleja y vuelve, me empuja y se vuelve a ir.
Ha visto unas huellas, olfatea y le dan ganas de seguirlas, pero no, su entusiasmo es tal que abandona esa empresa y avanza dejando sus propias huellas.
Hace que me fije en las mías y en mi sombra. El viento es débil y tibio, y a lo lejos unas gaviotas graznando que invitan a acercarnos. Tito las espanta y yo observo su vuelo, casi blancas con la punta de las alas negras. Esta soledad me gusta, sin preocupaciones.
Me siento en un tronco que quien sabe de donde viene navegando, y Tito a mi lado, me mira y se sonríe. Pero se distrae fácilmente, el ruido de la bocina del tren a Hualqui, el silbar de los gorriones o el movimiento de una hoja. El siente todo, ve todo, coquetea con todo.
De la quietud al movimiento, se propone hacer un hoyo, justo a mis pies, normalmente lo hace igual, habiendo tanto espacio se le ocurre el hoyo cerca de donde piso. Tengo que mover los pies, ¿será que con ello me pide que me mueva?.
En fin, trato de escribir hoy y no puedo.
Camino de vuelta y me aseguro de no volver por las huellas dejadas.
Pienso en ti……. ¿serás arena donde queden las huellas de mí pasar?
Es muy loco este perro.

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