Flamenco

El 4º Encuentro Nacional de Flamenco “Yerbabrava” se realizó acá, en Concepción.
Me tocó presenciar un arte diferente, lleno de pasión, sangre y fuego.

“….tengo dos ojitos azulei……..”
“….desde que te quiero tanto tu no me querei na……”
“…..oye gitanillo mío, en tu noche de alazán ……”
“…la mujer engañá.…se enrabia como fiera…. No le hables ni la toquei…..”


“….hasta que pase la tormenta”, casi imposible no seguir las letras repletas de sentimiento, lloros, amantes, abandonos y ternuras. Como bien lo señalan las palabras del presentador : Es llorar cantando, es cantar llorando.

Espectacular, es pobre palabra para mi sentir, quizás en un momento de mi vida bastante vulnerable, y por eso llegó hasta el alma. Fuera del solemne canto, el baile, un abanico de movimientos de muñecas, dedos, cuellos, tobillos, rodillas, caderas, un todo maravilloso donde la contemplación de los cuerpos femenino y masculino se vuelve un deleite a para los sentidos. La fuerza que se desprende de los bailaores establece un vínculo directo al público vibrante. Me he admirado de la belleza de las formas de los cuerpos y cuanto pueden comunicar, a través del movimiento, faldones que se mueven como mariposas al son de las caderas, y rostros, rostros que de una manera inquieta logran demostrar la energía interna causada por el más puro sentimiento, donde se casan el cuerpo con los sentidos.

Finalmente me siento feliz de ser mujer, por que tengo la posibilidad de unir el sentimiento, al actuar y al pensar, lo intrínseco o interno, lo más intimo queda en la más absoluta luz a veces sin necesidad de bailar, sino sólo en el comunicar con honestidad y unidad.