Vibraciones al alma



La tarde fue serena, la calma vino con la humedad del bosque, y las drogas.
A veces creo en las personas, la mayoría de las veces.


Cuando me tomo el Sr. Rondón me pregunto: ¿qué es lo que te inquieta?, mire por la ventana al cielo para responder: No lo sé, hay algo que no está del todo bien, y no sé lo que es. Me tocaba el pecho con ambas manos con una angustia indescriptible.
Me dijo: ……al sexto sentido de las mujeres suelo escuchar, intentemos ver que nos quieres decir.
Y vino el recetario magistral, inhibidor de la recaptación de serotonina. Duermes?, si, muy bien, y no quiero dormir más de lo que tengo. No quiero ser un zombi, no me botes por favor. Necesito estar con mis sentidos, sólo quítame esta angustia.
Abandone esa consulta aquel día de mayo, con los ojos heridos y con mi receta para el dolor.

El dolor anticipado.
El ángel de la guarda, mi estrella madre.

Costó que llegara la paz a mi pecho, pero lo que no logré yo lo hizo la serotonina.
Ahora se, a medias, pero sé que me pasa. No es TOC, no es bipolaridad, no es falta de litio. No. Es la fuerza nefasta del engaño al descubierto.

La sensación de inquietud paso, para dar paso a la interrogante más grande de mi vida : por qué?.

Van dos sesiones, mañana será la definitiva, aquella que me ayude a caminar, el bastón que me hace falta, la palabra sensata y sanadora. Ahora se, sé que tengo que aprender a caminar otra vez.

Ahora se, sé que mi alma está protegida, por alguna vibración más allá de lo humanamente razonable.