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miércoles, junio 02, 2010



Prócula


Las hay dos.
Una esposa de Pilatos y la otra amante de de prisciliano.
La primera solamente es mencionada una vez en el Evangelio, clave para el peso de la conciencia humana.
Cuenta la historia que después de un sueño muy inquietante aconsejó a su marido que no condenara a Jesús, porque era hombre inocente. No sabemos a ciencia cierta que peso tuvieron las acongojadas nuevas entregadas.

El llamado de la conciencia desde lo invisible. En el alma de las gentes el sentido de hacer el bien y no tratar con el mal. Evitar hacer daño, que implacablemente e inevitablemente se nos volverá en contra como un boomerang lanzado al aire, atacando lo más intimo y profundo de la individualidad: el ser.
Una sociedad sana está basada principalmente en la educación y en los principios de la recta conciencia basada en el respeto. Bienes escasos hoy en día.

La otra Prócula, amante de Prisciliano tomo un lugar predominante en la sociedad que hoy llaman “secreta”, mujer que fue codo a codo trabajando junto a su hombre. Este hombre, que bien podría ser un contemporáneo, igualó a la mujer y sus capacidades, dejándolas actuar en la comunidad, incluso pudiendo ser maestros, oponiéndose a las leyes de la Iglesia en que las obligaba a ir en silencio detrás del hombre. El movimiento liderado por este hombre se convierte entonces en uno de carácter religioso libertario. Después de convertirse en un Obispo reformista, el Concilio de Trento, abiertamente antifeminista condeno a Prisciliano y el resto de la historia es de muertes y persecuciones.
Muchos historiadores sostienen que Prócula fue la inspiradora de la elección de la concha de ostión como símbolo del peregrinaje jacobeo (Op.Cit. San Miguel Hevia)

"Quiero desatar y quiero ser desatado.
Quiero salvar y quiero ser salvado.
Quiero ser engendrado.
Quiero cantar; cantad todos.
Quiero llorar: golpead vuestros pechos.
Quiero adornar y quiero ser adornado.
Soy lámpara para ti, que me ves.
Soy puerta para ti, que llamas a ella.
Tú ves lo que hago. No lo menciones.
La palabra engañó a todos, pero yo no fui completamente engañado".

- Himno a Jesucristo, de fuerte inspiración gnóstica, atribuido a Prisciliano.

Hay poca, muy poca referencia bibliográfica de estas mujeres, sin embargo se debe rescatar de la historia universal, el papel del género femenino, para poder tener el acceso a la información real de la posición, desarrollo y protagonismo de la mujer que la historia prepotentemente ha querido esconder. Me declaro abiertamente Prisciliana.

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