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jueves, junio 10, 2010

Maria Sabina





(Fragmento de obra teatral “María Sabina” de Camilo José Cela, 1965)


Soy una mujer que llora

Soy una mujer que escupe

Soy la mujer que mea

Soy una mujer que ya no da leche

Soy una mujer que habla

Soy una mujer que grita

Soy la mujer que vomita

Soy una mujer asquerosa pero sé luchar contra la muerte y contra las yerbas que crían el veneno

Soy una mujer que da la vida

Soy una mujer que ya no pare

Soy una mujer que flota sobre las aguas

Soy una mujer que vuela por los aires

Soy una mujer del aire

Soy una mujer que bebe el humo

Soy una mujer que bebe la sangre de los corderos

Soy una mujer que bebe la sangre de los muertos

Soy una mujer que bebe la sangre del león
Soy una mujer que bebe la sangre de los niños

Soy una mujer que bebe la sangre de los mozos

Soy una mujer que bebe el humo

Soy una mujer que bebe el humo

Soy una mujer que bebe el humo

Soy una mujer de luz

Soy una mujer que anda sola
Soy una mujer que anda sola

Soy una mujer derribada

Soy una mujer pura

Soy una mujer hambrienta y sedienta

Soy una mujer sin memoria

Soy una mujer de trapo

Soy una mujer que no miente

Soy una mujer que tampoco miente

Soy una mujer metida en un baúl estrecho

Soy una mujer que come flores

Soy una mujer que come peces vivos y saltamontes

Soy una mujer capaz de pasar hambres

Soy una mujer que pasa hambres

Soy una mujer que pasa muchas hambres

Soy una mujer que no recuerda haber comido jamás

Soy una mujer a la que cocieron en chocolate

Soy una mujer calva

Soy una mujer a la que dejaron calva rociándole la cabeza con chocolate

Soy una mujer sin lengua

Soy una mujer de palo

Soy una mujer con ojos que ni miran ni brillan

Soy una mujer que ve en la tiniebla

Soy una mujer que palpa la gota de rocío posada sobre la yerba

Soy una mujer a la que asesinó el marido hace ya muchos años

Soy una mujer que murió en la cárcel porqué fue acusada de haber asesinado a su marido

Soy una mujer que efectivamente asesinó a su marido

Soy una mujer valerosa y que no tiembla

Soy una mujer que duerme sola

Soy una mujer de arena

Soy una mujer que vela eternamente

Soy una mujer que tiene un agujero en la garganta

Soy una mujer que mastica lacre ardiendo

Soy una mujer de carne ruin

Soy una mujer que tiene molleja de gallina

Soy una mujer de plumas de gallina

Soy una mujer hecha de polvo y vino aguado

Soy una mujer que sueña mientras la atropella el hombre

Soy una mujer que siempre vuelve a ser atropellada

Soy una mujer que no tiene fuerza para levantar una aguja

Soy una mujer condenada a muerte

Soy una mujer de inclinaciones sencillas

Soy una mujer que cría víboras y gorriones en el escote

Soy una mujer que cría salamandras y helechos en el sobaco

Soy una mujer que cría musgo en el pecho y en el vientre

Soy una mujer a la que nadie besó jamás con entusiasmo

Soy una mujer que esconde pistolas y rifles en las arrugas de la nuca

Soy una mujer que no tiene dientes

Soy una mujer con dos filas de dientes

Soy una mujer con tres filas de dientes

Soy una mujer a la que nacen dientes en el paladar

Soy una mujer que come tierra

Soy una mujer que se cura las llagas con tierra

Soy una mujer que no salta con alegría por encima de los tejados

Soy una mujer sin pezones

Soy una mujer con seis tetas como las perras

Soy una mujer a la que enterraron viva

Soy una mujer que gozó al ser enterrada viva

Soy una mujer que bebe el semen del padre en la flor de la mandrágora

Soy una mujer que fuma yerbas aromáticas en una pipa hecha de vértebras de mártir desangrado

Soy una mujer casi ciega

Soy una mujer casi sorda

Soy una mujer casi muda y paralítica

Soy una mujer que ronda los urinarios y los desmontes

Soy una mujer a la que canta el vientre

Soy una mujer que ignora el pecado

Soy una mujer que se desnuda y se viste con libertad

Soy una mujer que ríe sin motivo

Soy una mujer fiel

Soy una mujer respetuosa

Soy una mujer indecente

Soy una mujer que cría ranas y culebras de agua en el lavabo

Soy una mujer envuelta en un sudario de colores

Soy una mujer con las uñas quebradizas

Soy una mujer que se está quedando sin uñas

Soy una mujer que ya ni recuerda cuando perdió las uñas

Soy una mujer que no sabe solfeo

Soy una mujer que alimenta pulgas por caridad

Soy una mujer de aliento fétido

Soy una mujer gorda y poco sana

Soy una mujer a la que cosieron el sexo y el ano

Soy una mujer a la que nadie mira de frente

Soy una mujer que se cobija donde puede, por ejemplo bajo los puentes o en la cama de los leprosos

Soy una mujer que ama el fuego

Soy una mujer que lleva el fuego de un lado para otro

Soy una mujer incapaz de escupir fuego



Casi soy incapaz yo, de más, después de conocer a María Sabina.
Cela, ha podido verter en letras, no sólo lo que fue esta mujer, sino el sentir de muchas. Mujeres ancestrales, misteriosas, repletas de femineidad y misterio. Mujeres de tomo y lomo, dignas de honores. Lobas. Brujas. Sabias. María Sabina, pobre y enferma, sanadora, descansaras hoy en quienes ya conocías por miles de años.


Insto a investigar sobre esta mujer mexicana universal. Sobre los hongos, sólo puedo mencionar que siempre tratados con desdén por venenosos, han sido fuente inspiradora de artistas, literatos y filósofos. Se debe tener exceso de cuidado con ellos, habiendo hoy en día un número reducido de personas que pueden dar “la receta” para un viaje perfecto. (ver Muscaria)


Un enigma por descubrir o bien un enigma que guardarán las tumbas de aquellos que han tenido el valor de ir más allá de la mano de la naturaleza.


María Sabina recubre mi espíritu de luz.

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