Vistas a la página totales

martes, junio 08, 2010


Genoveva



Oriunda de Brabante, cuenta la leyenda, era un mujer muy bella, llena de bondad y caridad, dueña de una fe inconmovible. Se caso con Sigifredo de quien se enamoró profundamente, y el que al poco tiempo tuvo que partir a la guerra contra los Sarracenos. Golo quien quedó a cargo de los asuntos de Sigifredo fue acometido por la ambición, quien en un acto de crueldad encerró a Genoveva en una oscura mazmorra informando a su esposo que ella despilfarraba sus bienes. En sus tiempos de cárcel su único aliento fueron sus oraciones y con el tiempo el nacimiento de su hijo Desdichado.
No contento Golo con ello y viendo el peligro de la existencia del niño, mando a asesinarla, informando a Sigifredo quien firmo la sentencia de muerte de su mujer. Los escogidos para este hecho eran dos buenos servidores que en su momento toco la bondad de Genoveva, a quien no pudieron dar muerte y la abandonaron en el medio de un espeso bosque.

Golo empezó a sentirse entonces culpable:
“No puedo comprender lo que me ocurre- se dijo- Antes me pareció que sería un refinado placer vengarme de Genoveva, pero ahora que ha muerto no puedo pensar en ello. Me resulta insoportable. Daría una de mis manos para que lo que se ha llevado a cabo no hubiera sido cumplido. ¡Ahora veo claro que quién se deja arrastrar por las pasiones acaba por hacerse un gran daño a sí mismo!”

Genoveva vivió 7 años en aquel bosque cuidando a su hijo, como vivienda una cueva y una fiel cierva que les daba calor.
“Quiero dar comienzo desde este momento a una existencia eremita, y consideraré que la suerte adversa que me ha traído hasta aquí es la cruz que debo llevar. Para seguir tu ejemplo, Señor, la soportaré con paciencia y repetiré a menudo las mismas palabras que dijiste Tú: “Padre, hágase vuestra voluntad y no la mía” Mi sufrimiento terminará alguna vez y, entonces yo también podré repetir: “Todo está consumado”.
“Pues, en realidad, sólo se aprecia el valor de las cosas cuando se carece de ellas”(Genoveva)

Cuando Sigifredo regreso de la guerra se enteró del engaño de Golo y sufrió años de amargura por la muerte de su amada, sintiendo además el peso de la conciencia de no haber verificado los rumores entregados por misiva.
“Todos los corazones estaban henchidos por la alegría que proporciona la victoria. Sólo el rostro del conde Sigfrido permanecía velado por la tristeza. Aquella grandiosa victoria nada significaba para él. En su corazón se hallaba cobijado con tenacidad el peso de una derrota insuperable, cuyas consecuencias sufría su atormentado espíritu.”
¡Tuve que ser yo, precisamente, que te amaba tanto, quien ocasionara tu muerte! (Sigifredo)


En un coto de caza Sigifredo que cabalgaba tras su presa, una gran cierva……se adentro al bosque y llegando a una cueva, grande fue su sorpresa al ver a esta mujer harapienta y desgreñada, quien le dijo era su esposa, aterrado pensaba que se trataba un fantasma.
¡Aléjate de mi, alma, pues tu sola presencia me tortura de nuevo, haciéndome recordar todo el pasado drama! Vuelve a tu morada celestial, en la que mereces estas, y ruega a Dios por mí, que no puedo hallar la tranquilidad a causa de mi crimen ¡Pero no te vayas! Tu presencia me angustia y me complace al mismo tiempo…¡Si yo pudiera verte resplandeciente de luz y no con este triste aspecto! (Sigifredo)

Explicándole sus desdichas Genoveva, el esposo, este no podía creer el estado lastimero en que se encontraba :
Por mi causa te encuentras en tan lastimoso estado. Por culpa de un loco impulso mío has tenido que vivir abandonada durante todos estos años. ¿Será posible que puedas perdonarme cuando yo mismo estoy horrorizado de mi proceder y no me atrevo a levantarme?
Durante un rato, los tres permanecieron en silencio, como si quisieran hacer partícipe al Creador de la inmensa dicha que les invadía elevando hacia él plegarias mentales, con ese mudo lenguaje que ninguna lengua humana es capaz de expresar.
¿Cómo puedes seguir amándome después de haber padecido tanto por mi causa?
.- ¿Ves ahora cómo yo tenía razón al decir que siempre hemos de practicar el bien, aunque a veces parezca que con ello vamos a labrar nuestro propio perjuicio? En este momento puedes comprobar cómo, más pronto o más tarde, las buenas acciones tienen su recompensa.

Cierto es que habéis padecido, pero ahora encontráis cumplida recompensa para vuestros padecimientos, pues sin dolor no puede obtenerse la verdadera felicidad.
.- En cuanto a Sigfrido, ha podido aprender, con esa dura experiencia, los efectos perniciosos, los incalculables males que pueden acarrear a los seres al dejarse arrastras por el impulso de las pasiones, pudiendo cerciorarse de cuán saludable es el someter todas las inclinaciones al imperio de la razón.”


La bella historia cuenta que la vida para ellos fue de verdadera felicidad y Genoveva murió entre sus seres amados y sintiéndose recompensada por su amor. Su honor, valentía, dignidad y su gran fe que la mantuvieron en pie es el ejemplo de la férrea y pura alma, capaz de soportar el infortunio.

Fue enterrada y la cierva que la cuido se quedo sobre la tumba de Genoveva donde murió.
No me queda más que mencionar, que la vida aveces con sus encrucijadas y situaciones extrañas es posible de ser vivida, de aún los dolores más grandes una mujer es capaz de sacar fuerzas para proseguir, la maternidad, el alma noble y la mirada bondadosa del Señor.

No hay comentarios.: