Vistas a la página totales

miércoles, febrero 26, 2014

MADRE Y TANGO


Mi madre, a la que no le quedan hijas cuerdas, me llama. 
Vamos al casino, le digo que sí y no quiero.

Y la acompaño a la tarde de tango, y me rodeo de notas de acordeón y bailes pegados de piernas desnudas.  Al fondo estrellas multicolores y el coro de gentes, variados trajes y mil voces tarareando a Gardel.  De pronto nos encontramos sumergidos en pleno barrio La Boca teñido de rosas y añiles, envueltos en el vaho de cigarrillos mezclado con alcohol.

Observo a mi madre, entre sordera y vicio esta demacrada y delgada, a veces se pierde su mirada en el pensamiento, allí donde nadie puede entrar, quizás fue ella quien nos enseño a hacer como que no pasa nada, como que el mundo gira y uno gira, al son de la música lejana, ella se pierde en su pasado y yo en el desierto.

Sólo atino a tomar su mano.



No hay comentarios.: