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miércoles, julio 16, 2014

REZO

Hoy rezo. 
Angelito de mi guarda, dulce compañía no me desampares ni de noche ni de día. Ni a la hora de mi muerte. Amén . 

No concuerda con los tres que me cuidan las espaldas, los pensamientos y este guante que es mi cuerpo. A veces  los veo medio dormidos en el portal de una cabaña, tendidos en el pasto verde, luego de pasar por la espesa niebla que cubre un bosque. Deben estar agotados de cuidarme.  Se levantan cuando me acerco y me abrazan, mientras cierro los ojos para sentir su infinita presencia y compasión, yo agradezco.

Tienen robustas las alas, espero que las mías sean tan fuertes como esas. Lo primero es curar la que se rompió en el escape. Siempre creí que los hombres (todos) eran expertos en fuga, y en el último tiempo me di cuenta que la verdad es que la experta en fuga soy yo.  De ahí la pregunta constante que recibo : ¿dónde estás?


Mis ángeles lo saben, y se ríen, si parece un chiste que algunos me digan valiente, cuando en realidad soy la más cobarde del mundo, ya que al primer indicio de dolor arranco a perderme. Los tres se ríen en complicidad y yo aprendo a través de ellos sobré mi, estoy cada día en un lugar diferente más ellos permanecen en la casita donde se que los encontraré.

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