Vistas a la página totales

martes, marzo 18, 2014

EL GATO Y EL GATO

Al ver a Silvestre cuando llego, era una masa de pelos negros disparados para todos lados, como si le hubiera dado la corriente, flaco, chico y negro!!!!!. A mi ahijada le conmovió el pequeño y se lo llevo a casa. Josefina, quien lleva 10 años como dueña y señora de la casa no vio con buenos ojos al recién llegado, se hizo la desentendida y se fue a tomar agua.
Han pasado algunos días y el caos es enorme. silvestre se acerca lentamente en dirección a la cola de Josefina y esta en un instante le hace unos pasos de shaolin y con dos golpes de karate enfrenta a la bola de pelos. Este se cae al piso y se hace el muerto, queda rígido en el suelo y no mueve ni los ojos, entonces Josefina se marcha.  Este cuadro se ha repetido a diario causando las risotadas de todos quienes presencian este espectáculo digno de video loco.
Josefina está cada día más hosca y se le ve sobre el respaldo del sofá oteando cada paso del intruso recién llegado. Desde esa montaña es posible acceder a todos los rincones de la casa y el gato no escapa a su mirada. El chico revolotea, de buen carácter dijo el veterinario, todo lo contrario a ella. 
Me parece que después de pasado un mes, no merma la rabia que siente la gata, no nació en ella el espíritu maternal y sin embargo  el niño sigue siéndolo buscando la cola de su majestad.
Pese a que los gatos son graciosos, no me gustan, los encuentro traicioneros y poco cariñosos, el opuesto a los perros, que son tan desfachatados, desordenados y ruidosos, ellos siempre buscan la caricia.
Habiendo ya pasado tres meses, Silvestre esta más peinado, parece más gato, sigue en los malos pasos de molestar a la Doña, pero ahora ya se toma sus venganzas, papel arrugado que encuentra lo recoge y lo pone en el plato del agua de Josefina. 
Hay algo curioso en los gatos, ellos tienen mayor capacidad de mostrar sus sentimientos y emociones, puede que sea lo único que me inste a acercarme y quedar mirándolos ....... 
Conocí uno al cual yo no le gustaba mucho, ya que le quitaba su lugar, de verdad intente llevar la fiesta en paz, pero como Josefina, pensaba lo que es mío es mío, seguramente el gato pensaba lo mismo.
Y a mi hija todos los días le digo: no, gatos no.

No hay comentarios.: