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jueves, septiembre 14, 2006

CICLOS
Me di permiso un par de días. Hice lo que tenía ganas de hacer, caminar, cantar, leer y escribir. Sola. Me llene de silencio para responder a mi alma algunas preguntas pendientes. Me altera a veces el entorno y el escape se hace imprescindible.
Esta vez, llegué a algo concreto, afortunadamente. No siempre es así, ya que una suerte de pensamiento fluye y no llega a ningún mar, por lo tanto el círculo no alcanza a cerrarse obligándome a poner paredes nuevamente y escurrirme a mis lugares favoritos
para develar misterios de mi paradero. Donde estoy parada y tratar de proveerme de un buen plan de acción para mañana. No me planteo grandes cuestionamientos acerca del futuro, o bien si lo hago, intento mirarlo de manera positiva, lo que realmente a veces es una bendición poder lograrlo. La vida no es fácil, o por lo menos no lo ha sido para mí, no creo que para nadie la verdad, pero básicamente el último fin es como nos situamos para enfrentarla. Dos formas, como la electricidad, el positivo y el negativo.
Debo reconocer, que normalmente cuando sucede este escape, es por la molestia de algo o alguien, y por ende asoma muy fuerte el negativo. Me tengo que armar de valor para reconstruir la imagen y cambiarla de polo, de esta manera puedo llegar someramente a tomarme de la balsa del positivo. El baño debe ser completo para que procure sanación y por eso la soledad.
Cuando el corto circuito es muy grande, son más días para liberar la energía negativa y arreglar el entuerto, basta sólo con la ausencia programada para reestablecer la corriente y volver al planeta con diferente mirada. En algún minuto, hay amores que se ven vulnerados por este escape, sin embargo, si este amor es del bueno comprende y me espera. Mis hijos, reconocen el momento antes de ser advertidos y se transforman en mi refugio, me abrazan más que otros días. Mis padres y hermanas y mis buenas amigas, llaman más seguido y preguntan, a los que por supuesto no contesto. Mi amor, aun no entiende de mi nave espacial, ojala logre hacerlo, y si no, tendré que incluirlo, en el viaje del silencio cuando se toma el té con el alma.

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