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martes, septiembre 19, 2006

LOTA
Las complicaciones de la vida diaria, como nos entumecen la conciencia y no dejan ver más allá. Como es que estamos sumergidos en esta sociedad que todo se basa en el tener. Me lastima de sobremanera la pobreza.
Cruelmente se presento ante mí en Lota cuando fui a hacer un curso de una de las actividades que más amo: hacer cerámica y pintar. El proyecto de Superación de la Pobreza, me mantuvo al lado de un grupo de mujeres pobres, realmente pobres, por casi un año. Compartí penas y alegrías con ellas, participando activamente en su quehacer diario, finalmente en una especie de terapia en la que se transforma la comunicación que se establece a través de pinceles y colores. La pobreza, es algo descomunal que consume, que ata y define, que maneja caracteres de tal manera que se esculpe en los rostros a modo de cansancio y una enorme soledad.
Al acercarme, muchas de ellas no comprendían el por que yo estaba allí, y fuera de ser un trabajo, la verdad fue una lección de vida tan abrumadora como nunca antes vi, ni experimente.
Cuando me despedí, deje verdaderas amigas y profesoras, aprendí de ellas la voluntad con que enfrentan el día a día, y la tremenda pasión por la vida. El sacrificio, las ganas, la pena, la frustración, la alegría en los detalles y sobretodo la manera de enfrentar la realidad. No me queda más que agradecer esta experiencia y mantenerla muy cerca de mi conciencia, y sobretodo dar gracias por todo lo que Dios me ha dado.
Fuerza mujeres de Lota.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este ùltimo tiempo he escuchado con mucha frecuencia que las coincidencias no existen,hoy no se como llegè a èste sitio, en el que además me hablan de experiencias tan comunes como las de Lota, encuentro parte de mi pasado en tì, pero ademàs los caminos han sido parecidos en los espacios del arte.Actualmente soy ceramista y capacito a travès de los programas Sence.
Un Abrazo ,Irina