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domingo, agosto 27, 2006

EN IQUIQUE
Inevitablemente, si iba a Iquique uno de los objetivos era volar, volar en parapente. José me llevó, tenía que ir a Alto Hospicio y a la vuelta me dice: ¿paramos?, pensé que no tenía la ropa necesaria. Bueno.
Ahí estaban los voladores con sus velas multicolores y cuando se acerca uno de ellos y me pregunta ¿quieres volar?, ni lo pienso, si!.
-Ah, pero no tienes zapatillas.
-No importa, me amarro estas sandalias.
José me pasa rápidamente los cordones de las suyas y con varias vueltas y nudos, imposible se cayeran, y si caían, mala suerte, pero no podía ser la razón para que yo no volara. Además me presta una chaqueta liviana, por si me da frío.
Pierre, me ayuda a poner el arnés y todo tipo de correas ajustadas al cuerpo, mientras me explican como, cuando, donde y que hacer para volar lo mejor posible. José de cerca me mira y yo, sonrío con un dejo de susto, pero ya es tarde para arrepentirse.
Yo no sé a que altura esta Alto Hospicio, pero cuando ya esta todo en su lugar, quien me lleva, Miguel, me dice: debes correr lo más que puedas y te lanzas, y cuando estemos volando te echas hacia atrás y te sientas en el arnés….. ok…. Ya corre, corre…..
Y empiezo a correr hacia el precipicio, sin pensar, por que si lo hago me congelo, empiezo a levantarme tanto que toco el suelo apenas con las puntas de los dedos, mientras Miguel sigue diciéndome que corra….cuando uno esta en el borde es cuando tiene que soltar el ansia y lo duro, dejarse llevar y sea lo que Dios quiera, no hay nada más.
Cuando estoy en lo alto con esa sensación de liviandad y de ser como una pluma o una hoja de árbol, cuando el aire se transforma en mi entorno, cuando no me sostengo por mis propios medios, cuando mi vida depende de unos hilos, y cuando miro el paisaje a mi alrededor, es cuando el sentimiento de eternidad se transforma en esa emoción en que pareciera que el llanto es lo único que puede expresarlo, grito muy, muy fuerte y lloro.
He disfrutado estos minutos, como pocos en mi vida, si tuviera que elegir los tiempos de mi vida, hasta los puedo contar :
- Segundos con la luz, con la experiencia de muerte, cuando me ahogue.
- Los primeros acordes de Paco de Lucia en el teatro.
- El segundo en que mi hijo me es dado a conocer.
- El segundo en que mi hija me es dada a conocer.
- Segundos buceando, cuando me miraba fijamente una vieja negra.
- Segundos de silencio sobre el Choshuenco.
- Segundos sobrecogedores al amanecer en el Cañón del Colorado.
- Segundos de espasmos prolongados que me recorrieron desde los pies hasta llegar al cuello, cuando tuve aquel orgasmo increíble junto a ti, el segundo día.
- Mi vuelo en parapente.
Son una vida, mis pocos segundos son mi vida entera, y son los soportes que alimentan las razones de mi existencia.
A la hora de aterrizar, tocando el suelo, un par de pasos y me caí. José, que me esperaba, se sonreía y yo quería sólo abrazarlo, estaba tan emocionada. No quiso probar, tal vez en otra oportunidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me hace pensar profundamente en cuantas frases podria resumir mi vida...(lease segundos)
Sin duda debere escribirlos para poder analizarlos...pero seguramente tu estas en mas de uno.
osea la vida en 10 segundos..10 momentos...10 fotos mentales...los ¨top ten de mis casi 44¨
casualmente mi nombre es Jose.. casualmente estudie en la U de conce...casualmente...tu sabes