Un paseo por el Chat I
HAITI

Hace algún tiempo, navegando, leyendo, aprendiendo y por que no decirlo, sintiéndome sola, se me ocurrió la idea de entrar en salas de Chat, empecé por la que me parecía lógico encontrar gente muy seria, emol, no fue así, pese a que establecí comunicación con un militar chileno en Haití. Una buena experiencia, pues logré en algo entender esta incursión de nuestro país, además de las condiciones en las cuales ellos se desenvuelven. Mi interés radicó por supuesto en el aspecto sanitario, por lo que pude saber de lo complicado que es cuando los envíos de filtros correspondientes al sistema de purificación no llegaban a tiempo. El resto imaginación mía, ya que el señor en cuestión corto ya que debía ir a su “rancho”.
Me preguntaba, ¿para qué sirve un filtro que ya no cumple con la utilidad para el que fue fabricado?, y sigo con: ¿como es posible que los chilenos aun trabajemos en condiciones no adecuadas?. Una cosa lleva irremediablemente a la otra, y continúo imaginando la cantidad de enfermedades adquiridas en Africa (también en muchas partes del mundo) por este mismo problema: el agua que se bebe.
En la televisión hablan del “vital elemento”, ¿vital?, de que manera si puede ser mortal?
No sé nada. Cada día estudio más para hacer más preguntas, finalmente me encuentro en esa encrucijada irremediable de las trampas mentales, cuando cuestiono lo aprendido, cuando pienso en el granito de arena que uno debe aportar y cuando y donde hay que dejarlo. Como muchos siento la impotencia del saber y trato de entender como muchos deciden sencillamente aterrizar en una hermosa y calida playa de Haití solamente a vacacionar.
Me lleva lejos el Chat.